
Adaptarse o morir, manida frase del insigne Darwin, que me viene al pelo como titulo a mi entrada de hoy.
Mucho se ha hablado sobre los efectos de la pandemia en nuestras vidas.De su impacto sobre todos nosotros. De ese sentimiento general de que nada va a ser como antes. Y no puedo estar mas de acuerdo.
Las circunstancias, nuestro entorno ha cambiado, y no nos ha quedado más remedio que cambiar. Si, un proceso de cambio radical, del que nadie ha podido ser un mero testigo. La pandemia, nos ha obligado a un cambio profundo en la forma de relacionarnos, cambiar hábitos, formas de proceder profundamente enraizadas e interiorizadas, de aquellas que nunca habíamos pensado deberíamos cambiar.
¿Que equivocados estábamos? . No nos ha quedado más remedio que reinventarnos y no dar por válido aquello que nos había servido hasta entonces.
Las relaciones personales, con amigos, compañeros de trabajo, han pasado a estar dominadas por la tecnología de por medio.
En casa, hemos pasado mucho más tiempo, y eso nos ha llevado a tener que reorganizar nuestras relaciones, fijar reglas, ser más flexibles, más pacientes.
La economía, se ha deteriorado profundamente, generándose una brecha futura que costará tiempo que retorne a sus valores previos.
Si. Todo lo anterior, es muy cierto, y siendo realista ha llevado a muchas personas a un profundo sentimiento negativo, pesimista, un derrotismo a ultranza.
Pero, reflexionando con detenimiento al respecto, me pregunto si llevar esta experiencia hacia la vertiente negativa, es lo mejor.
Desde mi punto de vista, esta situación nos ha llevado, también a sacar aspectos positivos de cada uno de nosotros, facetas, que quizás desconocíamos.
Nuestra resiliencia y capacidad de adaptación ha aparecido con todo su esplendor.
No nos ha quedado más remedio, que aceptar que esta situación es la que es, y que poco espacio hay para lamentaciones. Que en nuestra mano, está la llave para adaptarse y mirar el lado positivo de la misma.
¿Lado positivo?
Pues si, estoy plenamente convencido que esta experiencia tiene aspectos que nos van ayudar a ser mejores después de su paso.
¿Cuando hemos tenido tanto tiempo de disfrutar de nuestra familia en casa, y poder hacer actividades conjuntas?
¿Cuanto tiempo hemos tenido para dedicarnos tiempo a nosotros, al no ser necesario el destinar tiempos a desplazamientos contaminantes además, hacia nuestro lugar de trabajo?
¿Cuando hemos podido valorar , en su justa medida, nuestros valores, y darnos cuenta, de una vez por todas, que lo más importante que poseemos no es material; que la salud está por encima de todo, y que sin ella, sin cuidarnos, poco vamos a avanzar?
¿Cuando nos íbamos a dar cuenta de que lo más importante es disfrutar el ahora, que el pasado o el posible futuro son variables que o no vamos a controlar, o que están sujetas a circunstancias que en mucho casos se escapan de nuestro control?
Hay que disfrutar de lo que tenemos y del momento. De las cartas que nos ha tocado en esta mano, y con ellas debemos jugar lo mejor que sepamos. El lamentarnos de nuestra mala suerte , de poco nos va ayudar. Esas son tus cartas, y con ellas tienes que jugar.
Y es de aquí el título de este blog : Adaptarse o morir.
Fluye, adáptate al entorno, fluye rompe tus encorsetamientos , y flexibiliza tus formas de hacer, varialas de forma que se conviertan en positivas para ti, y te sirvan para continuar disfrutando de tu única vida, no esperes a mañana, porque igual mañana es tarde.
Disfruta del hoy, deja de pensar en los porqués y piensa más en los cómos:
¿Cómo voy a hacer para?
¿Cómo voy a hacer por?
¿Cómo voy a disfrutar?
¿Cómo voy a ser más feliz con lo que tengo?
¿Con los mimbres que tengo qué puedo construir?
¿Con las cartas que tengo en mi mano hoy, que puedo jugar? . Mañana , quizás te lleguen otras, puedes pon ser mejores o también peores. Juega lo mejor que sepas con las que tienes ahora, y dejar de cuestionar el destino, la suerte.
Tu eres el dueño de tu destino.
